Tecnologías digitales en salud – ¿Qué debemos saber para ofrecer calidad y uso seguro para los pacientes?
Las tecnologías digitales han llegado al sector salud para revolucionar la forma como se planean, organizan y prestan los servicios, con una alta expectativa sobre el impacto social, económico y en niveles de bienestar que pueden ofrecer a la población. ¿Qué debemos saber los profesionales de la salud para lograr una adopción exitosa y maximizar los beneficios para los pacientes?
A nivel mundial, se ha utilizado la salud digital (eSalud) como instrumento fundamental en la búsqueda de servicios más eficientes y equitativos. Desde el 2005, la Organización Mundial de la Salud –OMS- definió la salud electrónica como el “uso rentable y seguro de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) en apoyo en el campo de la salud”. Más recientemente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destacó la variedad de la salud digital como una “realidad multifacética” que involucra aspectos clínicos, tecnológicos e informáticos incluyendo la gestión de datos, procesos organizativos, así como los derechos y deberes de los pacientes y el equipo de salud (1).
En los últimos años, se ha presentado un crecimiento acelerado de las aplicaciones tecnológicas en ámbitos como promoción de estilos de vida saludable, educación, atención en salud, investigación, vigilancia en salud pública, entre otras, siendo utilizadas tanto a nivel profesional como por la población general. Todo esto impulsado por la difusión del comercio electrónico, la mayor disponibilidad de equipos móviles, el empoderamiento de los usuarios, la necesidad de servicios rápidos, eficientes, a distancia y con bajo costo, donde la pandemia de COVID-19 jugó un papel catalizador fundamental (2).
De igual manera, los niveles de inversión, tanto de organizaciones públicas como privadas, se han elevado exponencialmente, de $2 billones de dólares en 2011 a casi $56 billones en 2021, en áreas terapéuticas como oncología, salud mental, de la mujer y salud cardiovascular. Norteamérica y Asia Pacífico son las regiones que lideran la destinación de recursos, mientras que Suramérica solamente participa con el 1% de inversión, alrededor de $283 Millones de dólares para el año 2022, en su mayoría proveniente de Brasil (3).
Figura 1. Inversión global en tecnologías digitales en valores totales y participación por región, 2018 – 2022.
Fuente: Adaptado de Digital health ecosystem – 2022 year end report (3).
Al ser un campo de intersección entre diferentes disciplinas -ciencias biomédicas, comportamiento, ingeniería, computación, etc.-, las definiciones y el alcance sobre tecnología digital son variadas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos – FDA, considera un enfoque amplio incluyendo salud digital, salud móvil, telemedicina y telesalud, dispositivos, tecnologías de información en salud y medicina personalizada(4).
Lo cierto es que estas tecnologías en salud se basan en plataformas de computación, software y conectividad para uso en diversos aspectos como la educación, el estilo de vida y el bienestar, pero especialmente en la atención en salud, sea al proveer infraestructura para la captura de datos electrónicos o ser considerados como un producto médico, vinculado con el diagnóstico, el tratamiento, la rehabilitación, la prevención de la enfermedad o la promoción de hábitos saludables. La salud digital se encuentra cada vez con mayor frecuencia, como componente integral de los procesos de investigación y desarrollo de innovaciones médicas, transformando la salud, la medicina y las ciencias biomédicas (4,5).
Si bien en el sector salud hay mucho interés sobre el potencial y la capacidad de la tecnología de revolucionar la atención médica con mejoras en la expectativa y la calidad de vida de la población, su adopción ha sido más lenta que en otros sectores como el comercio electrónico o los servicios financieros. Los retos para la adopción de tecnologías digitales en el sector salud van más allá de los temas técnicos relacionados con su desarrollo, pues requieren la consideración de aspectos sociales (inclusión, equidad, acceso), éticos (seguridad, confidencialidad y privacidad), de educación de los profesionales de salud, organización y gobernanza de los sistemas de salud, así como su interacción con otros sectores que permitan su adecuada implementación (6,7).
La percepción de riesgos y beneficios de la transformación digital en el sector salud varía entre profesionales de salud y pacientes/usuarios (tabla 1), pero en general coinciden en que su adopción puede incrementar la eficacia, el acceso y la capacidad de atención, así como reducir los costos. En cuanto a las principales preocupaciones están la interoperabilidad de los sistemas, la confiabilidad y seguridad de la información, así como las barreras de acceso derivadas del poco conocimiento o deficiencias en la infraestructura o el funcionamiento de los sistemas tecnológicos (8).
Tabla 1. Percepciones de profesionales de salud y usuarios sobre los beneficios y riesgos de las tecnologías digitales.
Fuente: Elaboración propia. Adaptado de Abernethy, A, et al.; World bank y Khirasaria R, et al (7–9).
Como hemos mencionado, el ecosistema de tecnologías en salud incluye un amplio espectro de herramientas que incluyen registros médicos electrónicos, telemedicina / telesalud, plataformas para gestión de enfermedad, sistemas de información en salud, diagnóstico digital, terapéutica digital, dispositivos para uso personal “wearables”, aplicaciones móviles “apps”, software de apoyo a la toma de decisiones con inteligencia artificial y, aprendizaje automático, entre muchos otros (7). Estas herramientas permiten optimizar la comunicación entre los pacientes y el personal de salud, el monitoreo del estado de salud y bienestar, a la vez que permiten el registro y análisis de información valiosa en salud para el avance de la ciencia y la atención de los pacientes (figura 2).
De acuerdo con la taxonomía propuesta por la OMS, las intervenciones digitales se pueden categorizar en cuatro grupos según la funcionalidad y el usuario primario: usuarios, proveedores de salud, gestores de recursos o sistemas de información y servicios de datos; esto con el fin de facilitar la interacción entre los equipos de salud y los desarrolladores de tecnologías, por ejemplo, durante la realización de actividades de investigación, generación de guías o definición de los requerimientos regulatorios o de interoperabilidad de los sistemas para atender un reto o necesidad del sistema de salud (7,10–12).
Figura 2. Clasificación y aplicaciones de las tecnologías digitales en salud
Fuente: Elaboración propia. Adaptado de Abernethy, A, et al.; WHO y Antoja, G, et al. (7,10–12).
Dentro del amplio espectro de tecnologías en salud que hemos mencionado, las aplicaciones móviles o “apps” llevan la delantera en la cantidad de iniciativas, desarrolladores y niveles de inversión a nivel mundial, conformando un universo de alrededor de 350.000 aplicaciones móviles relacionadas con salud y bienestar para el año 2020. Su amplia disponibilidad a través de los equipos móviles y herramientas web, así como el alcance de su distribución global a través de las plataformas de gigantes tecnológicos como Apple y Google, hace que alrededor de 5 millones de usuarios descarguen diariamente una aplicación móvil en este campo (13,14).
Si bien la mayoría de estas aplicaciones son dirigidas al público general (~70%) y por tanto clasificadas en la categoría de salud física (fitness) y bienestar, tanto los pacientes / usuarios como los profesionales de salud enfrentan dificultades para elegir y evaluar la calidad que ofrecen estas herramientas. Según agencias internacionales como ORCHA en el Reino Unido, tan solo el 20% de estas aplicaciones cumplen con criterios de calidad y seguridad para su uso en la población general, lo cual sumado a altas tasas de abandono o cambio en los procesos de desarrollo hace difícil evaluar la efectividad, los resultados o el impacto de las aplicaciones digitales en salud.
Uno de los primeros aspectos para evaluar o recomendar una aplicación digital, está en reconocer si tiene un propósito general (educación, monitoreo), relacionado con bienestar y salud física o por el contrario tiene un objetivo de atención médica (prevención, diagnóstico, tratamiento) y por tanto se considera en el espectro de dispositivo médico o tratamiento digital -“digiceuticals”-, cuyo uso y distribución debería estar controlado por profesionales de salud o contar con una certificación / aprobación regulatoria (Tabla 2). Esta regulación ya viene siendo implementada en Europa, donde cualquier aplicación considerada con propósito médico debe contar con certificación de cumplimiento de estándares regulatorios, de calidad, seguridad y eficacia previo a su lanzamiento (Conformité Européenne – “CE-marked”) (13,15).
Tabla 2. Comparación entre aplicaciones de salud y bienestar y terapéuticos digitales.
Fuente: elaboración propia. Adaptado de Khirasaria R, et al.(9).
La transformación digital en el sector salud tiene como fin mejorar los sistemas de salud y promover resultados individuales y poblacionales óptimos, lo cual obliga a una adecuada articulación entre los desarrolladores de tecnología, la comunidad científica, los agentes reguladores y de gobernanza del sistema, para garantizar acceso a tecnologías en salud de comprobada eficacia, asequibles, seguras, éticas y con altos estándares de interoperabilidad y confidencialidad de datos para todos los usuarios, permitiendo maximizar los beneficios y el uso adecuado (2,16,17).
En Colombia, si bien se observan avances importantes en telesalud (telemedicina – teleeducación), y algunos desarrollos de historia clínica electrónica, aplicaciones móviles para educación y disponibilidad de datos, así como algunas normas relevantes sobre privacidad y protección de datos, TIC y ciberseguridad, aún no existe una política pública nacional en salud digital que integre y facilite el desarrollo y la evaluación de tecnologías en salud (18).
Es prioritario entonces para América Latina adelantar estas conversaciones, aprender de las experiencias internacionales y promover la creación de marcos de referencia articulados a nivel legal, político y regulatorio que promuevan el avance de la salud digital, con celeridad, pero garantizando altos estándares de calidad para la población en aspectos fundamentales como:
- Privacidad de datos (Reglamento general de protección de datos – RGPD (General data protection regulation – Regulación europea de protección de datos)-, verificación, autenticación, interoperabilidad)
- Seguridad: donde se almacenan los datos, cómo se comparte y a quién, regulaciones ISO, etc.
- Eficacia clínica: Seguridad, evidencia, regulación de dispositivos
- Experiencia del usuario: usabilidad y accesibilidad
- Marcos de valor para determinar el uso adecuado y la cobertura por los sistemas de salud
Es innegable el avance y los beneficios que las tecnologías digitales ofrecen para responder a los retos de los sistemas de salud en su compromiso de mejorar la calidad y expectativa de vida. Solo con el trabajo colaborativo y articulado entre los agentes públicos y privados, la co-creación con los usuarios y la definición de marcos normativos claros lograremos cerrar las brechas y optimizar el uso de recursos ofreciendo mejores desenlaces y bienestar para la población.
Espere más información sobre la experiencia internacional y los marcos de valor para evaluación de tecnologías digitales en salud en una próxima entrega.
Referencias
- Bagolle A, Park M, Marti M. Marco Normativo para la Salud Digital. Banco Interamericano de Desarrollo; 2020.
- Marengo LL, Kozyreff AM, Moraes FDS, Maricato LIG, Barberato-Filho S. Tecnologias móveis em saúde: reflexões sobre desenvolvimento, aplicações, legislação e ética. Rev Panam Salud Pública. 24 de mayo de 2022;46:1.
- Galen Growth, Finn Partners. Digital Health Ecosystem, 2022 Year End Report . 2021. Disponible en: https://www.finnpartners.com/wp-content/uploads/2023/01/4371-FINN-Health-Practice-Promotion-Full-Year-Report-Digital-12gl.pdf
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- Verily, Abernethy A, Adams L, National Academy of Medicine, Barrett M, ResMed, et al. The Promise of Digital Health: Then, Now, and the Future. NAM Perspect . 27 de junio de 2022 ;6(22). Disponible en: https://nam.edu/the-promise-of-digital-health-then-now-and-the-future
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- Monroy MBJ, Guerrero-C J, González-Uribe C. Salud Digital y Derechos Digitales en Colombia.
Fuente: www.neuroeconomix.com